Carlos Roldán (Zaragoza, 1994) y Andrea Marcano (Zaragoza, 2002) han sido – Carlos desde los banquillos y Andrea en el terreno de juego – piezas clave en la permanencia de nuestro filial en Primera Nacional. En esta entrevista, nos cuentan cómo ha sido la temporada y qué ha significado esta permanencia tan deseada. Todo ello y más, acompañado de un refrescante café de la mano y confianza de Cafés El Criollo.

Habéis conseguido el ansiado ascenso ¿cuáles crees que han sido las claves para mantener la categoría?
C.R: Desde que entré en enero, hablamos de dos cosas: trabajar y creer en que se podía. Al final, era lo que teníamos claro por muy adverso que estuviese el resultado y la clasificación. Nos centramos en ir partido a partido, no mirar la tabla y saber que si cumplíamos los puntos y objetivos de cada día y ganábamos lo partidos que teníamos que ganar íbamos a salvarnos. Eso ha sido lo que no os ha hecho perder la fe.
A.M: Las ideas que nos transmitió Carlos eran muy claras y el trabajo también. Remábamos todos en una misma dirección con el modelo de juego que nos marcaba y al final acabó dando resultado.

Como ha dicho Carlos, se hizo cargo del filial en enero ¿cómo influyó al vestuario su llegada?
A.M: Después de la primera vuelta tan dura, creíamos que sí que se necesitaba un cambio, y creo que a la vista está que ha sido muy positivo porque nos transmitió desde el primer momento que se podía lograr. Hay muchísimas horas metidas tanto suyas como nuestras en entrenamientos y fue un cambio muy considerable.

Desde el cuerpo técnico ¿cómo intentaste revertir esa situación en el ámbito psicológico?
C.R: Lo que me transmitían antes era que resultaba imposible ganar independientemente de lo que se hiciese porque no salían las cosas. Entonces, nada más llegar, les intenté convencer de que sí que lo era, que creyesen en ellas mismas y en el planteamiento. Porque si conseguíamos jugar nuestras bazas, maximizar nuestros puntos fuertes, minimizar los débiles y sacar rendimiento otros aspectos como el balón parado era factible. Ellas creyeron desde el primer momento en lo que yo les dije y han trabajado muchísimo, porque si no se lo hubiesen creído da igual quién hubiese estado de entrenador.

¿Qué ha sido lo más complicado?
A.M: Estar desde la primera vuelta remando contracorriente y con la presión de ver que no se ganaba y que el rival no fallaba; pero siempre manteniendo la calma y con el convencimiento por parte de todos de que se podía lograr.

¿Cómo os sentisteis al ver que lo habíais conseguido?
A.M: Fue una sensación de alivio. Como te he dicho, ha sido mucho sacrificio, muchos kilómetros, gente que viene desde fuera, chicas de categorías inferiores que vienen para sumar… y cuando conseguimos matemáticamente la salvación fue quitarnos un peso de encima muy grande porque ha sido una temporada muy dura.

¿Qué ha significado mantener la categoría?
A.M: Demostrarnos a nosotras mismas que nos merecíamos estar en ella.

Si os dieran a elegir ¿con qué alimento aragonés celebraríais la permanencia?
C.R y A. M: Ternasco de Aragón.

Por último ¿qué mensaje le mandaríais a la gente que os ha apoyado en todo momento?
C.R: Solo tenemos palabras de agradecimiento por el hecho de estar. Pese a algunas personas que nos pueden ver de fuera, el resto son los padres, las madres, los familiares y amigos los que vienen a ver cada semana e incluso algunos han viajado hasta Mallorca. En mi caso particular, cada vez que se perdía o había un mal entrenamiento eran los que me sufrían cuando llegaba “cruzado” a casa. Son todos ellos los que han estado en lo bueno cuando había que celebrar y en lo malo cuando necesitábamos apoyo y ánimos.
A.M: Han sido un impulso muy importante para el equipo.
Enhorabuena por la salvación.
C.R y A. M: ¡Muchas gracias!