Racheal Nachula decidió cambiar el rumbo de su carrera y cruzó miles de kilómetros hace menos de un año para formar parte de la familia del Zaragoza CFF. La zambiana de 35 años nos cuenta cuáles son sus próximos objetivos, cómo está siendo su vida en una ciudad nueva para ella y qué se sintió al participar en los Juegos Olímpicos del 2008 con un café en la cafetería de nuestro patrocinador El Criollo.
Su motivación por el deporte empezó cuando estaba en Zambia. Fútbol en los ojos y en los pies, “así descubrí mi interés, viendo mucho fútbol en la tele y jugando en el colegio”, confiesa Nachula. El fútbol atrapó su corazón pero el atletismo se cruzó en su camino para revolucionar su carrera deportiva y llevarla hasta los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. Pero la necesidad de volver a disfrutar con su pasión le hizo poner el balón en sus pies de nuevo. “En atletismo llegas a un punto en el que ya no puedes avanzar, que piensas que algo no va bien. Yo necesitaba volver al fútbol”, admite.
¿El atletismo te ha dado alguna ventaja en el campo de fútbol?
Sí. Cuando empecé a jugar al fútbol, yo creía en mí misma. Cuando uno de los entrenadores de atletismo me vio jugar al fútbol me dijo que podía correr y convertirme en una buena atleta. Hablamos y me motivó para que empezara a entrenar como corredora de atletismo, pero después me dije a mí misma que debía de volver al fútbol. El atletismo me benefició en velocidad y en fuerza. Cada una de nosotras tiene una fortaleza y la mía es la resistencia.
¿Cómo surgió la oportunidad de venir a Zaragoza?
En la vida no sabes qué va a pasar mañana y la única persona que lo sabe es Dios. La gente en Zambia creemos en Dios, él está en lo más alto. Entonces, ¿qué pasó para que yo llegara hasta Zaragoza? No lo planeé ni hice nada, solo Dios lo sabe. El Zaragoza CFF me vio jugar al fútbol en Sudáfrica en la Copa COSAFA. Marqué ocho goles en un mismo partido y batí el récord. Continué goleando en cada partido hasta que me convertí en la máxima goleadora del torneo. Además, ayudé a Zambia a clasificarse en las Olimpiadas y me siento muy orgullosa y feliz por ello. Así es como Dios llevó al Zaragoza a verme allí, y yo siempre se lo agradeceré.
“En el club todo es bueno”. La delantera comenta haberse encontrado en Zaragoza con gente maravillosa tanto dentro como fuera del campo. Además, reconoce una evolución desde que milita en el primer equipo del Zaragoza CFF: “Aunque nada importante ha cambiado, he aprendido más aquí que en Zambia”.
¿Cuáles han sido los cambios más positivos y negativos entre la vida en Zambia y la vida en España?
Es difícil vivir en una tierra extranjera echando de menos tu casa. Vivir fuera de casa es difícil pero nada ha cambiado porque yo en Zambia no salía a divertirme ni me iba por ahí con mis amigos. Siempre me quedaba en casa después de entrenar para al día siguiente volver a repetirlo todo otra vez.
¿Con qué dificultades te has encontrado en el camino y qué te ha ayudado a superarlas?
Cuando llegué a España tenía algunas dificultades intentando adaptarme a la forma de jugar de aquí, pero las superé y ahora no tengo ningún problema. Antes el idioma sí que era un desafío para mí, pero el entrenador sabe hablar inglés y algunas de mis compañeras también, así que si alguien dice algo en español ellas me ayudan.
¿Cómo te defines en el terreno de juego?
Cuando estás en el campo siempre piensas en el juego. No hay amistades, no hay nada más aparte del partido. Así que en el campo no soy una mala persona -comenta entre risas- pero soy muy competitiva. Nosotras siempre intentamos conseguir los mejores resultados como equipo porque una no puede jugar sola. Nosotras salimos al campo e intentamos sacar lo mejor de cada una.
¿Cómo fue la experiencia en los Juegos Olímpicos de Pekín?
En las Olimpiadas todo fue muy bien. Pienso que todos y cada uno de los atletas del mundo sueñan con ir a los Juegos Olímpicos y yo me sentía muy afortunada de estar entre las que han podido competir.
¿Qué fue lo que le más te sorprendió de todo el ambiente olímpico?
Lo que más me gustó de los Juegos Olímpicos fue poder competir contra estrellas mundiales y ser consciente de toda la gente que lo vio en la televisión. Participar en todo eso fue muy emocionante.
La polifacética deportista dice que todavía no ha cumplido todos sus objetivos pero lo sigue intentando. El momento del que más orgullosa se siente es de su participación en los Juegos Olímpicos como atleta, pero más emocionada se siente de volver en 2021 para participar como futbolista.
¿Cuáles son tus principales objetivos?
Mis objetivos son asegurarme de que todo va bien, que voy a estar contenta con el tipo de vida que llevo y tener la sensación de que no me voy a arrepentir de nada. Creo que todo irá perfectamente y que llegaré a hacer lo que quiero.
¿Te hubieras imaginado llegar tan lejos?
Puedo decir que sí, porque cuando tú empiezas algo siempre tienes metas. Yo me he enseñado a marcarme mis objetivos. En atletismo ya he logrado lo que quiero, ahora voy a cumplir lo que quiero en el fútbol. Cuando empecé en el fútbol yo me decía a mí misma: “Quiero ser como los que juegan al fútbol profesional, quiero estar entre los que juegan en el nivel más alto”. Con el apoyo de mi familia y de los demás he logrado lo que quiero, sin olvidar a Dios.
¿Dónde te ves en el futuro?
El fútbol, como todos los deportes, es una carrera corta así que tenemos que adelantarnos a los acontecimientos y pensar un plan para el futuro. Necesitamos una vida después del fútbol. Para mí, ya he hecho lo que tenía que hacer después de los deportes. Estoy preparando un trabajo en Zambia, así que después del fútbol seguiré trabajando en Zambia pero también seguiré en el mundo del fútbol. Ya me he ido del atletismo, no quiero irme completamente del fútbol una vez deje de jugar.
¿Qué les dirías a aquellos y aquellas que no arriesgan por el fútbol femenino?
Mi consejo para la gente que no apuesta es que necesitan creer en sí mismos. Sé que es muy difícil de donde vengo. En Zambia la gente no permite a sus hijos jugar al fútbol porque dicen que el fútbol es para hombres. Yo digo que nada es imposible, todo es posible si crees en ti. Les animo a hacer lo que creen que es correcto para ellos, porque podemos ver futbolistas profesionales como Marta Vieira de Brasil, vemos a chicas que juegan bien. Para aquellos que no respetan, decir que el fútbol no es algo que podamos categorizarlo para hombres o dejárselo solo a los hombres, no. Debemos permanecer juntos y necesitamos ser partícipes para poder darle la vuelta al juego y mejorarlo.
La perseverancia, la constancia y el esfuerzo se dejan entrever en las palabras y la sonrisa de Nachula. Una zambiana que llegó hace aproximadamente 8 meses a Zaragoza y que cuando no está en el campo le gusta irse a caminar y hablar con su familia, aunque tenga que hacerlo desde una pantalla. “Algunos días suelo salir a caminar distancias cortas para que ellos vean la belleza de Zaragoza -comenta con ojos llenos de ilusión-. Todavía no he visto mucho, pero estoy segura de que a medida que pase el tiempo veré más”. Ahora tiene predilección por la tortilla de patata y, aunque no le ha dado tiempo a probar muchas comidas de la tierra aragonesa, la borraja siempre aparece en su dieta semanal.