Un café con Nora: «Llevo desde Alevín en el club, el equipo descendió estando yo en él y quiero ascenderlo»

Casi media vida jugando al fútbol y siempre en casa, con el escudo y los colores del Zaragoza CFF en la camiseta y en el corazón. Nora Sánchez, zaragozana de 20 años, empezó a jugar al fútbol cuando era pequeña para seguir los pasos de su hermano mayor. Lo que quizás no se esperaba es seguir jugando hasta llegar a debutar en Primera División y ser llamada por la Selección Española en categorías inferiores. Ahora, de la mano de su equipo de siempre, quiere seguir progresando y nos cuenta sus inicios, sus sensaciones, cómo está yendo esta temporada o su opinión sobre cómo está el fútbol femenino con un café en la cafetería de nuestro patrocinador El Criollo.

¿Cómo definirías tu progreso en un club en el que llevas tantos años y que, además, es el de tu ciudad?
Empecé desde la creación del equipo Alevín y he visto cómo se ha ido haciendo más y más grande y cómo he ido subiendo de nivel hasta llegar al primer equipo. Yo me apunté porque era un club femenino y estoy muy contenta de todo el progreso y todo lo que he conseguido en este club.

Hace 10 años que la capitana entró en el club sin siquiera saber que había un equipo en Primera División y ahora afirma estar muy orgullosa de representar al equipo de su ciudad: “Iba subiendo puestos y me iban llamando, hasta llegar a Primera. Para mí fue todo un sueño, porque era algo que ni yo me llegaba a imaginar que fuera a pasar. Tenía 15 años, que es la edad a la que se puede debutar, y estaba muy contenta de poder hacerlo en el equipo de mi ciudad”.

¿Recuerdas el día que debutaste en Primera División?
Sí. Llevaba un tiempo entrenando con el primer equipo y había ido a varias convocatorias pero nunca llegaba el día de debutar, por las condiciones del partido o lo que sea, pero yo seguía ahí con muchas ganas de hacerlo. Estoy muy feliz de que pudiera ser en casa y que mis padres estuviesen ahí para verlo. Fue contra el Collerense y jugué los últimos 15 o 20 minutos. El momento lo tengo un poco borroso, porque sentí mucha emoción de golpe y sí que me acuerdo que al terminar el partido fui a abrazar a mis padres y casi llorar de la emoción porque fue como decir que lo he hecho, estoy aquí y he jugado en Primera.

¿Cuál dirías que es la personalidad del Zaragoza CFF?
Para mí es un club muy humilde y cercano, tanto dentro como fuera del vestuario. Con la familia Alcaine tenemos buena relación y dentro del vestuario somos un equipo muy unido. Desde que estoy en el primer equipo la base siempre ha sido el buen rollo y las buenas personalidades, al final un equipo sale de eso.

¿Cómo te defines en el terreno de juego?
Me considero una jugadora constante y lo mejor que se me da es defender, por algo soy defensa. Sí que es verdad que no soy una jugadora contundente pero considero que tengo buenos reflejos. Y soy zurda, que eso para mí es una ventaja.

¿Ha habido algún punto de inflexión en tu carrera?
El punto de inflexión fue el descenso. Fue un duro golpe porque estás luchando y luchando y, al final, en las últimas jornadas ya todo se va y desciendes. Ves cómo muchas compañeras toman caminos distintos y piensas: ¿qué hago? También era un punto de inflexión de decir: voy a empezar la universidad, que la tengo aquí, y sé que en el fútbol puedo llegar lejos pero vivir del fútbol femenino es muy complicado hoy en día. Yo tiré de sentimientos, decidí quedarme y luchar por el ascenso.

Los sentimientos y el vínculo familiar fueron decisivos para Nora a la hora de permanecer en el club: “Un equipo que había descendido estando yo en él, quería y quiero ascenderlo estando yo en él”, explica.

¿Dónde crees que está el foco del problema de que no se apueste lo suficiente por el fútbol femenino?
A la mujer en el deporte siempre se le ha condicionado mucho. El deporte anteriormente era de hombres y a la mujer no se le dejaba. Poco a poco nos estamos haciendo camino y consiguiendo que el fútbol femenino llegue a su auge y a esa igualdad. Pero eso cuesta lo suyo.

¿Has tenido alguna experiencia reseñable en ese aspecto?
Desde pequeña he jugado con mis amigos y yo era una más, nunca he tenido problemas. Seimpre he jugado en equipo femenino desde los 10-11 años que vine al club, y sí que es verdad que llegas a un campo cuando eres pequeño a jugar contra chicos y escuchas a padres decir “que se te acaba de ir una chica”. Da pena pero comentarios así los escuchas.

¿Qué valoración harías de esta temporada?
Ha sido una temporada dura. Hace un par de semanas recibimos el golpe de que ya no podíamos optar al ascenso. A nivel de vestuario estoy muy contenta, somos un grupo muy humano y nos llevamos muy bien entre todas. Es cierto que somos una plantilla corta y eso igual sí que nos ha podido penalizar un poco, pero evidentemente podría haber ido mucho mejor. Si te pones a ver los resultados, hemos perdido solo contra dos equipos. La cosa es que tampoco hemos ganado, entonces la falta de gol nos ha penalizado mucho.

¿Cómo habéis conseguido que ese vestuario tan variado de nacionalidades y con tantos cambios en verano esté tan unido?
Al principio es difícil. Una de cada sitio, muchas jugadoras nuevas…Pero, poco a poco, a base de relacionarnos tanto dentro como fuera del campo, que también es muy importante, hemos conseguido que las que no hablamos inglés hablemos un poquito más y las que no hablan español hablen un poquito más español. Si quieres entenderte te entiendes.

¿Qué crees que necesita el equipo para remontar?
Ahora no podemos bajar en ningún momento los brazos porque nos queda luchar por la otra liga. Sí que es verdad que, un equipo siendo tan nuevo, nos ha faltado un poco más de tiempo para conocernos y para saber cómo somos cada una en el campo. Es muy importante conocer a tu compañera. Ahora ya no podemos volver atrás y toca seguir trabajando de cara a lo que va a llegar.